sábado, 22 de agosto de 2009

Autobiográfico

Entonces ahí estaba, me miraba detrás de sus anteojos, sabiendo que tenía el poder. Agarraba mis papeles casi con asco, dando a entender que no servían de mucho. Yo estaba ahí, con ganas de evitar toda esta falsificación de interés por los alumnos.
Supongo que era lo mejor que podía decir, pero si tan sólo lo hubiera dicho de otra forma, el clima en la oficina sería muy distinto en este momento. Al menos un poco más fresco.

- Llamame la semana que viene, veo que puedo hacer...


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